viernes, 25 de marzo de 2011

Happiness.

Soy una persona realmente simple.
No necesito millones para ser feliz.
Ni un coche caro, no sé conducir.
Ni unos zapatos caros, voy siempre en deportivas.
Ni un paisaje de cuento, vivo en Madrid y me encanta.
Necesito pocas cosas pero las que necesito las necesito al máximo de sus posibilidades.
Necesito ser querida sin limite alguno, con lo bueno y lo malo, lo feo y lo bonito, con la regla y sin ella.
Y la música, oírla, sentirla, meterme sin más.
Y el sol en mi cara al igual que el viento en mi pelo.
Y mi cámara, mi pequeño ojo al mundo.
Y a mis amigos, sus risas y sus lágrimas, su dolor y su felicidad.
Y a mi familia, con sus reproches, sus consejos y sus desavenencias.
Necesito tan poco, con tan poco soy feliz y sin embargo, no veas lo que me cuesta.

miércoles, 23 de marzo de 2011

El arte de ser y no sólo existir (2º intento)

El arte de ser y no sólo de existir CAP.1
(2º intento)

Para los que no lo sepáis he cedido ante la gracia de hacer un libro, sí. Me siento inspirada hoy. No sé porque pero al leer el capitulo que tengo en el borrador de repente no lo he sentido como mio, así que he decidido rehacerlo desde 0, porque de las cosas mal hechas no cojo pedazos ni nada.


PRÓLOGO.
Para mi libro tenía cientos de ideas en mente. Muchas de ellas me di cuenta que aunque no las hubiera leído, ya existían y muchas otras me parecieron poco originales o bastante monótonas. Quería que este "libro" fuese algo corto, que te pudieras leer en un par de trayectos en el cercanías o en un viaje corto de avión. Seguramente no tenga más de 100 páginas, que normalmente son las páginas "de margen" que doy yo a un libro para saber si quiero seguir leyendo o lo tiro a la basura.
De dedicar este libro sabría perfectamente a quien dedicárselo, a mi gran amigo Víctor que fue siempre la primera persona en darme confianza a escribir esto y que, sobre todo siempre ha creído una genialidad que aún ni yo he visto en mi; a mi novio Iván que es la fuente de mi inspiración en muchos de mis escritos; a mis amigos Belén, David y Elena, que son mis compañeros en mis múltiples y horribles experiencias y desavenencias; y, cómo no, a mi hermana que es la que me aguanta, soporta y quiere cuando más lo necesito. A ellos y a los que tengáis el placer o el horror de leerme, gracias.








CAPÍTULO 1. EL PRINCIPIO DEL COMIENZO
No sería éste un buen libro si no tuviese un comienzo de esos que enganchan, de los que nos captan desde el primer momento y, precisamente sobre ese primer momento voy a empezar a hablar. Partir de la base de que posiblemente tenga menos, igual o más experiencia que vosotros. Mi fin no es aconsejaros, sino daros una visión externa de situaciones y demás que hayáis vivido o vayáis a vivir.


Recuerdo siempre las primeras impresiones y los primeros momentos con una gran sonrisa en la cara. Quizás porque siempre me ha ilusionado conocer a gente nueva o porque siempre he sido de esas chicas que se guían por las primeras impresiones de la gente. Cuando vemos a "esa persona" que nos gusta, que nos atrae, que hace que en vuestra cara se dibuje una sonrisa, parece que todo lo externo desaparece. Si estás en una discoteca, tus amigas y la música quedan en un tercer plano (sí, ese que ni notas de lo lejano que está) y queda "esa persona". Aunque nunca antes hayas visto a "esa persona" la reacción suele ser la misma. Nunca lo que te hayan dicho se habría alejado más de la realidad.

(¿Cómo? Esta loca se ha rayado- pensareis muchos. No. ¿Acaso pensabais que todo es perfecto y maravilloso desde el principio? Ja, no me hagáis reír. Dejemos la ficción para Hollywood.)


Normalmente la realidad se aleja muchísimo de las expectativas que nuestra pobre mente tiende a crear, el chico tan guapo, tan listo y tan maravilloso que creías que iba a ser el ligue del día resulta ser un chico del montón tirando para abajo, para todas las demás. Para ti aunque tenga la nariz grande no serás capaz de admitirlo, dirás que es "angulosa", "especial", "diferente", "única" o "novedosa". Muchos pensareis que el físico da igual pero BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH error, no es que piense que sois unos superficiales sino que eso de que la belleza es objetiva es demasiado realista. Normalmente buscamos unos rasgos físicos que vayan en armonía con nuestra persona, que nos trasmitan una serie de emociones o que simplemente nos atraigan. Personalmente me gusta muchísimo la gente con ojos grandes, quizás porque me dan sensación de transparencia. Soy rara y suelo pensar que con unos ojos grandes me será más fácil ver las intenciones de las personas, y ya si son claros son mi debilidad. También hemos de pensar en esas personas que se sienten atraídas por cosas que les producen sentimientos muy contrarios a cualquier cosa positiva que se te pueda pasar por la cabeza. Estas personas, en mi opinión buscan lo mismo pero las primeras reacciones en ellos no son más que efectos adversos, llamemoslo así. Muchas veces nos resulta más fácil querer a alguien a quien hemos odiado antes. Realmente diré, arriesgandome a criticas, que adoro discutir. Odio pensar que todo es perfecto y que no da lugar a error. Adoro discutir, me hace sentirme viva. Me hace quererle aún más, aunque eso él no lo sabe, sino perdería la gracia completamente.


Sobre las primeras impresiones sólo puedo decir que suelen ser fundamentales. Aunque el físico es la primera parte, la manera en la que saludamos, nuestro gesto, la sonrisa, el ictus de tu cara cuando ves que no es lo que esperabas, todo esto y más es procesado por nuestra mente de manera casi imperceptible y suele dar mayor impresión que si tienes barriguita cervecera o se te ha olvidado maquillarte un ojo. Realmente nunca piensas: "voy a juzgarte" pero tus ojos lo dicen, el temblor de tu voz te delata cuando te impresiona y el sudor de tus manos indica que estás de los nervios.


Un día escuche una teoría sobre las mentiras que realmente me gustó. No recuerdo quién ni dónde me dijo que había leído en una revista (ni idea de cual) que cuando una persona miente sus ojos se mueven un pelín hacia la derecha mientras que si dicen la verdad permanecen estáticos. Obviamente no es un movimiento perceptible por el ojo humano a menos que te pases toda la tarde/noche mirando a esa persona a los ojos pareciendo 1.raro, 2.pirado, 3.(y mi favorita) imbecil. Según nos contaron esto empezamos todos a mirarnos fijamente a los ojos, la persona que contó la teoría se empezo a reír (sí, de nosotros que haciamos el lerdo) y dijo: "es un movimiento que se puede comprobar. Si sabeis que se van a mover podeis mantenerlos quietos haciendo un poco de esfuerzo." Entonces, ¿cómo reconocemos realmente a alguien que nos miente? Pues no podemos. Por muchos signos que veamos o creamos ver no hay una ciencia cierta que nos indique la mentira.


No sé a vosotros pero yo soy fan de elegir el modelito previo a la primera cita. A pesar de que no soy de esas personas que tienen un armario de aupa, me gusta coger sacar todo, desordenarlo, probármelo, verme gorda, verme fea, verme como una hortera o simplemente no verlo porque es un horror. Normalmente cuando me pilla con tiempo para comerme el tarro suelo ser de las que descuartiza el armario mentalmente y decido que siempre (sí, veridico en mi caso), siempre me falta algo para darle el punto al modelito. Luego me recorro mil tiendas buscando ESA camiseta que me haga una cintura de avispa, un pecho de infarto y que tenga un escote que no sea de guarrilla ni de monjita; ESE pantalón que me haga un culo de esos de ¡OLÉ!; o algo así. Es raro, pero no suelo encontrarlo salvo contados casos, lo cual me lleva al paso que os he dicho primero. Y aunque todo esto me produzca un estrés terrible, me encanta.


Ya cuando me ducho, me pongo mis cremas y potingues, me visto, me maquillo, me veo fea, me convenzco de que voy guapa y digo: "joder con los nervios", y me veo en la calle camino a una cita es cuando empiezo a tener verdadera ilusión. Ya sea una quedada informal (quedar para ir a ver lo que sea o una quedada con amigos de ambos) me gusta llamar a alguien y parecer tranquila y serena cuando realmente me mordería las uñas y se las tiraría al primero que me mirase mal. Es algo raro, pero lo hago siempre y es un ritual sagrado.


Cuando llego después de X tiempo en el transporte público (no tengo coche, no soy chachi) y veo a mi amiga que se viene conmigo (caso de velada con amigos) intento no hablar del tema a pesar de que quiero decir lo nerviosa que estoy. Estas quedadas suelen ser por la noche y yo, como buena yo, me bebo una copita con mi amiga antes de ver al susodicho, así porque sí. Y ahora empieza lo bueno...



Espero que os haya gustado, el 2º capítulo lo pondré el martes que viene. Me gustaría que opinarais. Un saludo.

domingo, 20 de marzo de 2011

Empieza a sentir.
Que no todo te la resbale.
Sufre. Te hace un poco más humano.
Llora. No es tan malo.
Ríe, por todo y con todos.
Quiere, es algo increíble.
Ama.

jueves, 17 de marzo de 2011

El cachito de alma de la horma de mi zapato.

Felicitar a la persona que todos los días me sirve de inspiración y sin la que cierta parte de mi no existiría.

A pesar de esa enorme diferencia de edad eres mi alma gemela.

Me tendría que remontar mucho tiempo atrás para saber si alguna vez dude de la existencia de un alma gemela afín a mi, pero eso es otra historia.

Agradecer, como siempre, que me dejes estar a tu ladito, haciendo el bicho-bola o simplemente hundiendo mi alma en esos ojos azules.

Escucharte cantar y llenar mi cabeza con tu voz es lo más bonito del mundo, es una sensación singular que no cambiaría por nada.

Desear que esto no tenga fin, que me dejes verte crecer (aunque estés más crecido que yo) y que me dejes cuidar de ti.

Sé que todo será poco para ti, que te comerás el mundo y que la vida aún es larga.

Con esto y un beso, Felicidades Iván :) Te quiero.

Shit.

Quiero que pienses en mi no como una amenaza mortal sino como una explosión en potencia, me falta un detonador y todo indica que lo tienes entre ceja y ceja.
No pienses en mi como una enemiga a la que destruir, piensa en mi como aquella niña cabrona que te tiraba del pelo en el colegio y a la que no te podías acercar porque te partía los dientes mientras su orín mojaba tu amor propio.
Mira más allá de mis ojos grandes y mi boca ávida que no para de hablar, mira en lo más profundo de mi alma y dime, ¿que diferencia hay?
Somos la misma mierda, con diferente cara.

martes, 8 de marzo de 2011

Debilidades.

Cuando me besas en el cuello.
Cuando susurras en mi oído.
Cuando acaricias mi espalda.
Cuando sonríes y no sé no sonreír.
Cuando cantas en el salón.
Cuando simplemente me miras con tus preciosos ojos azules.
Y todo ello me recorre como una descarga y hace flaquear a todo mi cuerpo.