martes, 30 de agosto de 2011

De martes a domingo, mi vida.

Si piensas en llegar a los 40, es que no estás pegándote demasiadas fiestas ahora.

Recuerdos.

Porque ultimamente no puedo despertarme sin pensar en ti.
Quizás sea cosa mía, pero parece que nunca te hubieras ido de aquí. Nunca.
Pero no estás.
A veces se me olvida la imagen de tu cara.
Sin embargo, tengo un recuerdo casi tácito de la yema de tus dedos bajando por mi espalda, tus labios sobre mi cuello, tus manos en mis caderas, todo.
En ocasiones no recuerdo tu cara, pero no me olvido de todas las sensaciones que me hacías sentir.
Extraño estar a tu lado en la cama.
Levantarme todos los días abrazada a ti, sentir el calor de tu cuerpo sobre el mio, tu labio inferior recorrer mi cuerpo sabiendo que es mi sensación favorita.
Me encantaría poder sentirlo una vez más. Sólo una vez más. Pero ambos sabríamos que nunca es suficiente. Que siempre necesitaría más. Que es estúpido crear una dependencia que no podremos volver a saciar.

domingo, 21 de agosto de 2011

Just another day.

Hace muchísimo tiempo que no me paso por aquí... Casi un mes sin nada que decir. Guau, raro siendo yo.
Llevo un tiempo pensando repititivamente las cosas, tanto que casi roza la obsesión en múltiples ocasiones. 
Recuerdo al principio del fin, asomarme de manera reiterada por la ventana, mirando al vacío, viendo sin ver nada. En ocasiones fijaba mi atención en un pequeño Fiat morado que había aparcado justo en frente de mi casa. Todos los días que salía a mirar por la ventana estaba allí. Fuese la hora que fuese o el día que fuese. 
Casi 3 semanas estuvo ahí el coche, quizás estuviera de antes de que yo fijara mi atención en él, no lo sé. Pero después de 3 semanas, se fue. Desapareció. El hecho parece un hecho trivial para cualquiera, para cualquiera menos para mi. A las 3 semanas desapareció de debajo de mi ventana mucho más que un cochecito morado, me dí cuenta de que había desaparecido una parte de mi, de mi vida, de lo que era y quizás nunca seré de nuevo. La vida sigue. La gente cambia. El mundo avanza. Y yo con él, supongo, espero.