viernes, 15 de abril de 2011

Supongo que llega un punto en el que tu vida deja de gustarte.
No es porque seas infeliz. No es porque algo vaya mal.
Al contrario.
Todo va demasiado bien.
Todo es igual, carece de emoción.
No hay diversión en la monotonía, no hay gracia en una vida sin discusiones.
Gritar no es divertido si no hay alguien delante que reciba el impacto.
Me encanta discutir, saca lo peor de cada persona.
¿Tienes algo que ofrecerme que no haya visto ya?

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