lunes, 25 de julio de 2011

Cuando los violines dejaron de sonar.

Me gusta la idea de ponerle una banda sonora a mi vida.
Según lo pienso las canciones me salen solas. No me hace falta ni pensarlo.
Cada momento genial en mi vida tiene una canción que lo acompañó.
Pero como todo, las canciones se acaban, igual que esos momentos fabulosos.
Lo único que nos queda es guardarlos en nuestra mente y recordar con ternura el momento que acompañaron.
Puede que te pase como a mi y que alguna que otra lagrimilla asome escuchando ciertas canciones, pero eso es lo bonito de la música, que te lleva a lugares a los que muchas veces no esperabas volver.

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