miércoles, 20 de julio de 2011

Mi nueva creencia, también llamada destino.

Me he hecho adepta a la creencia del destino.
No a la totalidad de su creencia, véase lo de "nuestra vida está escrita sobre un libro y no se puede cambiar".
Me gusta la frase que dice que cada uno es dueño de su destino.
Pero, ¿es realmente posible ser dueño de algo predefinido?
Nos gusta contradecirnos.
Por eso yo prefiero definir qué es lo que me creo y lo que no sobre ese desconocido llamado Destino.
En mi nueva creencia creo que si las cosas tienen que pasar, pasarán. No vale de nada forzarlas. 
Tampoco creo que el destino este predefinido en su totalidad. Creo que ciertos actos repercuten en el final de nuestro destino. Quizás mi destino tenga para mi un final de mierda y yo lo empeore más. Pero realmente no creo que el destino lo controle todo. 
No creo que el suicidio sea una forma de cambiar el destino. Opino que es como escribir un libro y arrancar las hojas de lo último que hemos escrito. Vamos, una gilipollez. 
También estoy en contra de los padres que se creen dueños de tu destino porque el suyo no era lo que parecía en su momento. Cada uno con su mierda señores.
No, no siempre que estás mal es el destino que decide reírse de tu cara un poco. Me gusta llamar equilibrio cósmico y castigo divino a la mierda que tragamos a veces en la vida. Yo no creo en Dios, pero lo de castigo divino en su día me sonó genial. El castigo divino (para mi) queda definido como "si haces mal, tendrás mal; si haces bien, bien por ti" también llamado Karma, pero a mi me gusta más Castigo Divino. Lo del equilibrio cósmico es de suposición pero vamos, todos sabemos que no todo es una película de Hollywood.

Lo dicho, cree en el destino, pero aprende a jugar con él. A veces hasta es divertido.

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