jueves, 14 de enero de 2010


La música empieza a sonar. Al principio no reconoces la canción pero, al rato, te das cuenta, es TU canción. Entonces comienzas a bailar de manera descontrolada, sin ritmo, sin pausa, sin coordinación, pero no importa eres la reina de la pista y nadie, repito: NADIE, puede pararte. Así, sin más. Te podrías comer de un movimiento de caderas a cualquiera de los que están en la pista contigo y lo sabes.
Te has pasado 3 horas para vestirte, una para maquillarte y te has pasado la plancha tantas veces por el pelo que parece papel cartón. Estás guapísima. Casi casi como aquella estrella de cine que tanto admiras. Sí, sí...Ya sabes quien te digo, ¿no?
Ha terminado tu canción...pero que por eso, no se acabe la fiesta.




No hay comentarios:

Publicar un comentario