sábado, 9 de enero de 2010

Miedo

Eran las 10 menos 20 de una noche fría, aunque desde detro de la casa apenas se notaba.
Ella andaba borracha por casa, sin pensar en las consecuencias de sus actos, deseando que sus impulsos dejaran de controlarla. Dejando que la poca vida que en ella quedaba, se esfumara.
Su cabeza giraba como si hubiera dado unas vueltas de más en el tiovivo, cuando eran unos tragos de más a una botella que aparecía vacía en el suelo del cuarto de baño.
En él se había improvisado una bañera inexistente abriendo de par en par las mamparas del plato de ducha y dejando que su cuerpo desganado cayera sobre el plato frío al tacto pero que momentos después sería cálido al contacto con el agua hirviendo que saldría.
A mamá le ardía la cabeza, lo repetía de manera casi constante. Se la veía ida, me aterraba...
Aún me asusta su mirada de odio disimulada por 1 litro de vodka.

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