jueves, 23 de septiembre de 2010

Bao.

Me gusta asomarme por la ventana.
Apoyar mi nariz sobre el frío cristal.
Dejando que mi aliento se deslice por la ventana.
Empañándola.
Dejando que el bao nuble mi vista.
Es una sensación casi tan agradable como cuando apoyas tu mano sobre mi cara.
Me encanta.
Cada caricia tuya hace que mi cuerpo entero se estremezca.
Cada parte de mi quiere un poco más de ti.
Tus labios.
Sabes lo mal que lo paso cuando no puedo tenerlos.
Cuando me incitas.
Cuando dejas que pida más.
Apoyas mi espalda contra la ventana.
Casi levantándome del suelo.
Casi dejándome sin aliento.
Quitar el bao de las ventanas nunca ha sido tan placentero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario