jueves, 23 de septiembre de 2010

Destino se llama mi prima que vive en Misisipi.

Hay cosas que sabes que ya nunca van a pasar.
Otras que deseas que pasen a pesar de lo anterior.
Y otras que prefieres que no vayan a pasar nunca.
Siempre que digo "realmente pienso" quiero decir: "debería pensar esto por moralidad".
Deseo el mal a mucha gente, aunque realmente no sea así.
¿Comprendéis como va la cosa?
Si por mi fuera la escoria que habita el planeta podría morirse y mis remordimientos por desearles la muerte serían nulos. La escoria invade el planeta como si de una plaga de termitas se tratase.
Pero... ¿Quién determina qué coño es la escoria?
Hay gente que hasta que no la conoces profundamente no sabes la cantidad de inmundicia que desprende por cada uno de los poros de su piel. Muchas veces, aún después de creerte que les conoces, deciden que van a volver a ser los malnacidos que fueron antes de interpretar su papel contigo. Quizás para ellos sea divertido, para mi la escoria puedes ser hasta tú.
Todos nos hemos topado con escoria. Y cuando digo todos debes mirar tras de ti pensando en esa persona que al oír hijo de puta se te viene a la mente.


Dicen que la ira reprimida es mala. Yo digo que la explosión de la ira reprimida es un suceso casi tan interesante como ver un eclipse o un cometa. Al principio no te enteras del interés que eso puede despertar en ti, pero después...
Después no puedes dejar de mirarlo hasta que para. Así es la ira. Más potente que una buena hostia según como la uses. Yo de eso tengo mucho pero lo suelto poco a poco, mi bofetón de ira podría arrancarte hasta los pelos de la nariz sino.


No puedes amar si no has odiado. El mundo lo dice al revés. Se equivocan. La hostia que te dan al nacer no te hace llorar de amor. Te hace llorar porque a la puta de la enfermera no le han dado su metadona diaria y te ha pegado una leche en el culo como si fueras un cochino saltarín y eso, amigo mio, hace que la odies. El odio, al igual que el amor, no es eterno. Acabas olvidándolo, siempre aparece algo que odias/amas más. Sería la hostia de bizarro que odiaras a la enfermera que abofeteo esas nalgas rojizas que tu mamá y tu papá te han dado después de 19 años de vida. Pero ¡eh! si lo haces, olé tú.

Realmente nunca he sentido ira por nadie, amaré siempre a la escoria del planeta en el que vivo y jamás podré odiar al doctor mamón que tiro de mi cabeza el día que nací.
Nací para joder lo establecido. ¿Entiendes?

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