domingo, 25 de septiembre de 2011

Primeros auxilios emocionales.

Crees que se ha ido.
Que no va a volver.
Que es algo que das por perdido.
Que jamás volverás a sentirte así.
Pero vuelve, vuelve como si nunca se hubiera ido.
Te retuerce, te hace sufrir de nuevo.
Te duele como antes.
La herida nunca ha dejado de estar abierta.
No vale de nada que la cures y la tapes con una tirita, porque al final, cuando la tirita se caiga, la herida estará como al principio. Dicen que es mejor dejarlo al aire y que cicatrice sólo, que quizás cuando te quites la costra sin querer, vuelva a abrirse y a sangrar, pero se cerrará. Porque tiene que hacerlo, ¿no?
He oído que "la pena dura tanto como quieras tú seguir llorando" pero, ¿qué pasa si simplemente no puedo dejar de llorar o si aunque no llore, la pena sigue ahí? No siempre llorar es signo de que las cosas van mal. Hace mucho que no lloro de la emoción, pero sé que ese sentimiento existe.
Quisiera pensar que un poco de tiritas y betadine, también conocidos como tiempo y paciencia, puedan curarlo todo, pero a veces no basta, no es suficiente con aislar la herida e ignorarla porque aunque hagas caso omiso, sigue ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario